lunes, 18 de julio de 2016



Sinopsis



El Principito habita un pequeñísimo asteroide, que comparte con una flor caprichosa y tres volcanes. Pero tiene “problemas” con la flor y empieza a experimentar la soledad. Hasta que decide abandonar el planeta en busca de un amigo. Buscando esa amistad recorre varios planetas, habitados sucesivamente por un rey, un vanidoso, un borracho, un hombre de negocios, un farolero, un geógrafo… El concepto de “seriedad” que tienen estas “personas mayores” le deja perplejo y confuso. Prosiguiendo su búsqueda llega al planeta Tierra, pero, en su enorme extensión y vaciedad, siente más que nunca la soledad...


Reseña



El Principito se ha convertido para mí en el libro que más veces he releído y en mi favorito. Creo que lo he leído unas 32 veces al son de la fecha (sino es que más). ¿Pero de que va?

Aunque la mayoría de los lectores ya lo sabrán, trata de un pequeño príncipe que vive en un asteroide llamado B612. Y un día decide partir de allí hacia otro rumbo.

Por casualidad llega a la tierra y se encuentra con un aviador cuyo avión se había estrellado. Y le pide a el aviador que le dibuje un cordero, pero el aviador estará ocupado con la reparación de su nave, pero el principito no desistirá hasta estar conforme con el dibujo. Y es allí donde el pequeño príncipe comienza a contarle sus aventuras antes de encontrarse con él en el desierto.

La historia es fantástica, nos muestra de manera única que olvidando cosas diminutas perdemos la inocencia del niño que antes fuimos. Nos da lecciones de amistad junto con el zorro. Y a valorar lo que tenemos por común que sea.

Es un libro corto y fácil de leer. Es un libro que suelen marcarlo como “viejito” pero no posee ni una sola palabra difícil de entender, haciendo que sea leíble para un niño.

Si han de regalar un libro a alguien, olvídense de los Best-Seller y cómprenle este. Créanme, su amigo o amiga les agradecerá.


Es una locura odiar a todas las rosas sólo porque una te pinchó. Renunciar a todos tus sueños sólo porque uno de ellos no se cumplió.

domingo, 17 de julio de 2016



Continuando con los retos del El Libro del Escritor. Aunque mantengo el paso lento, voy avanzando con ellos.

 Aquí les traigo el segundo y si quieren pasar por el primero les dejo el enlace [Aqui].



En esto, descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo, y así como don Quijote los vio, dijo a su escudero:

—La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear; porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren trecientos o pocos más desaforados zombis, con quien pienso hacer batalla y con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer, que esta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra.

—¿Qué zombis? —dijo Sancho Panza.

—Aquellos que allí ves —respondió su amo—, subidos unos sobre otros, que los suelen tener los sesos afuera y huecos en el cuerpo.

—Mire vuestra merced —respondió Sancho— que aquellos que allí se parecen no son hordas de zombis, sino molinos de viento y con las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino.

—Bien parece —respondió don Quijote— que no estás cursado en esto de las aventuras: ellos son zombis; y si tienes miedo quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla.

Y, diciendo esto, dio de espuelas a su caballo Rocinante, sin atender a las voces que su escudero Sancho le daba, advirtiéndole que sin duda alguna eran molinos de viento, y no zombis, aquellos que iba a acometer. Pero él iba tan puesto en que eran zombis, que ni oía las voces de su escudero Sancho, ni echaba de ver, aunque estaba ya bien cerca, lo que eran, antes iba diciendo en voces altas:

—Non fuyades, cobardes y viles criaturas, que un solo caballero es el que os acomete.

Levantóse en esto un poco de viento, y las grandes aspas comenzaron a moverse, lo cual visto por don Quijote, dijo:

—Pues, aunque queráis aparentar ser más grandes subiéndose unos sobres otros y querer atemorizarme, aun así me lo habéis de pagar.

Y en diciendo esto, y encomendándose de todo corazón a su señora Dulcinea, pidiéndole que en tal trance le socorriese, bien cubierto de su rodela, con la lanza en el ristre, arremetió a todo el galope de Rocinante y embistió con el primero molino que estaba delante; y dándole una lanzada en el aspa, la volvió el viento con tanta furia, que hizo la lanza pedazos, llevándose tras sí al caballo y al caballero, que fue rodando muy maltrecho por el campo. Acudió Sancho Panza a socorrerle, a todo el correr de su asno, y cuando llegó halló que no se podía menear: tal fue el golpe que dio con él Rocinante.

—¡Válame Dios! —dijo Sancho—. ¿No le dije yo a vuestra merced que mirase bien lo que hacía, que no eran sino molinos de viento, y no lo podía ignorar sino quien llevase otros tales en la cabeza?

—Calla, amigo Sancho —respondió don Quijote—, que las cosas de la guerra más que otras están sujetas a continua mudanza; cuanto más, que yo pienso, y es así verdad, que aquel sabio Frestón que me robó el aposento y los libros ha vuelto estos zombis en molinos, por quitarme la gloria de su vencimiento: tal es la enemistad que me tiene; mas al cabo al cabo han de poder poco sus malas artes contra la bondad de mi espada.

—Dios lo haga como puede —respondió Sancho Panza.

Y, ayudándole a levantar, tornó a subir sobre Rocinante, que medio despaldado estaba. Y, hablando en la pasada aventura, siguieron el camino del Puerto Lápice, porque allí decía don Quijote que no era posible dejar de hallarse muchas y diversas aventuras, por ser lugar muy pasajero; sino que iba muy pesaroso, por haberle faltado la lanza; y diciéndoselo a su escudero, le dijo:

—Yo me acuerdo haber leído que un caballero español llamado Diego Pérez de Vargas, habiéndosele en una batalla roto la espada, desgajó de una encina un pesado ramo o tronco, y con él hizo tales cosas aquel día y machacó tantos moros, que le quedó por sobrenombre «Machuca», y así él como sus decendientes se llamaron desde aquel día en adelante «Vargas y Machuca». Hete dicho esto porque de la primera encina o roble que se me depare pienso desgajar otro tronco, tal y tan bueno como aquel que me imagino; y pienso hacer con él tales hazañas, que tú te tengas por bien afortunado de haber merecido venir a vellas y a ser testigo de cosas que apenas podrán ser creídas.

—A la mano de Dios —dijo Sancho—. Yo lo creo todo así como vuestra merced lo dice; pero enderécese un poco, que parece que va de medio lado, y debe de ser del molimiento de la caída.

—Así es la verdad —respondió don Quijote—, y si no me quejo del dolor, es porque no es dado a los caballeros andantes quejarse de herida alguna, aunque se le salgan las tripas por ella.

—Si eso es así, no tengo yo que replicar —respondió Sancho—; pero sabe Dios si yo me holgara que vuestra merced se quejara cuando alguna cosa le doliera. De mí sé decir que me he de quejar del más pequeño dolor que tenga, si ya no se entiende también con los escuderos de los caballeros andantes eso del no quejarse.

martes, 5 de julio de 2016


Comenzamos con el primer reto del Libro del escritor:

1. Escribe sobre un sueño o pesadilla que hayas tenido esta semana.
Yo poseo una imaginación algo absurda algunas noches. A veces dormir con una cosa mínima en mi mente suele provocar que tenga un sueño o pesadilla con ese tema. Y con una coincidencia demasiado enorme, suelo soñar cuando duermo boca abajo. El 99% de las veces sueño cuando duermo boca abajo.

Estaba en mi casa, descansando en mi cama haciendo de vago. Estaba un poco inquieto. Veía por la ventana y me asomaba por la puerta. No sé qué era lo que quería ver.

Luego escuche un estruendo y un temblor sacudió mi casa haciendo que saliera al exterior por seguridad. Pero, me sorprendí al ver que se había formado una enorme grita en el sueño, tan enorme que no se veía su fondo. Me asome para ver en la grita (tengo acrofobia: Miedo a las alturas), sentí y un sudor helado al estar cerca del abismo. Pero luego unos sonidos llamaron mi atención, unas criaturas subían por las paredes de la grieta y esas criaturas eran ni más ni menos que dinosaurios.

PD: no encuentro forma de cómo sería posible que un T-Rex subiera por una pared con esas manitas pequeñas que poseen. Pero como es un sueño, y los sueños desafían las leyes de la física…

Sentí como el miedo recorrió en mi espalda, y corrí hacia mi casa a esconderme. Y me escondí bajo la cama, el único lugar donde ningún mal te puede tocar (excepto los monstruos que viven debajo de la cama).

Escuche como fuertemente comenzaba a vibrar la tierra, cada vez más y más fuerte. Ellos se acercaban a mi hogar. Un rugido sonó fuertemente acompañado de un crujido cercano, logré ver como polvo caí al suelo. “seguramente una pared se ha roto”

Con un poco de miedo cubrí mi cabeza con ambas manos. Y sin sospechar y en una fracción de segundo algo mando a volar mi cama y quede al descubierto. Rápidamente, casi por reflejo voltee a ver hacia arriba y allí estaba. Grande, con colmillos afilados, y unos ojos aterradores.

Era un T-Rex

Trate de correr, pero una de sus patas me presiono contra el suelo, solo me quedo ver a sus ojos y como lentamente acercaba su cabeza hacia mí y abriendo de poco a poco su mandíbula conforme se me acercaba. Di un grito y…

Desperté.

Por suerte vivo solo y nadie me escucho gritar.



Y así es como fue mi sueño, lo empecé a escribir 5 minutos solo despertarme para que no se me olvidara, pero aun así sé que fue más largo que eso, pero ya no alcanzo recordar.

Y con esto me despido por hoy. Debo decir que me gusto escribir un sueño. Veré si lo hago más seguido.

domingo, 26 de junio de 2016



Queridos lectores:

Habéis notado que he pasado sin escribir en un tiempo. Y como todo tiene su explicación, pero será tan obvia como ustedes podrán imaginar.

He pasado por unos contratiempos que me han impedido escribir y hasta leer. Apenas lograba leer el pronóstico meteorológico, tanto así de mal andaba con mi tiempo. Pero todo eso tuvo su solución. Solo era de acomodar unas horas aquí para eso y unas horas allá para lo otro, y poco a poco iba dejando huecos para avanzar con las demás cosas.

Y así logre librarme rápidamente de todo lo que me estorbaba para continuar con este blog. Un blog que he querido hacer desde hace tiempos.



Retos a completar

No me he olvidado de los retos que escogí para hacer este año, tanto de escritura como de lectura. Los cumpliré todos. Los cuales son:

  1. 1. Leer 100 libros en un año. Reto de GoodReads.
  2. 2. 52 retos de escritura, de El Libro del Escritor.

Y a los dos les tengo un hambre por terminarlos, ya que no hay mejor alimento para uno mismo que completar los objetivos propios.



Eliminación de reseñas anteriores.

Decidí eliminar los post anteriores, ya que eran pocos. Ya que no estaba conforme a como estaban escritas, y creo que lo haría mejor ahora. Así que por ello decidí los post anteriores.



Creo que eso es todo, mis lectores. Espero encontraros de nuevo en este mundo literario. Y no se olviden:

¡He vuelto!
 
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